España no es Islandia y sin embargo al igual que ocurrió en Islandia
debemos pagar una deuda que crearon los bancos. España no es Grecia, pero al
igual que en Grecia la Unión Europea ha decidido rescatar a nuestros bancos con
el coste social derivado de esa deuda, de sus intereses y de las condiciones de
los prestamistas. España tampoco es Alemania pagando las cuentas de una guerra, o de dos. Pero aún
así podemos tener una consideración al respecto de lo que supone una deuda
exterior con intereses y condiciones. España tampoco está en Latinoamérica,
como creen algunos en EE.UU, es probable que si estuviera en Latinoamérica se
hubiese contagiado de la tendencia a la nacionalización, de la rebeldía ante el
pago de deuda externa y sobretodo del crecimiento social y económico que estos
díscolos del sistema están consiguiendo para sus países. Pero España es
diferente. Nada adaptable, nada comparable, ni si quiera con su propia historia
dormida en algún lugar de la memoria colectiva. España ya no es España, España
ya es Alemania la que no paga, la que te presta, la rencorosa.Ya pertenece a la troika.
Nunca he sido patriota por falta de sentimiento. Siempre me
sentí de todos sitios y siempre creí en la grandeza del ser humano como principio
ideológico y religioso. Aquellos que tanto usan, que tanto nombran una patria
abstracta sólo saben venderla. Dándome nuevos motivos para no ser patriota. Yo
creo en las personas y acepto los países que crearon para nosotros, para
dominarnos, para controlarnos, para hundirnos, después salvarnos y después
volvernos a hundir. Y es por cada uno de los que viven en esta casa denominada
España que lamento no ser Islandia.