Ayer se celebraron elecciones en Cataluña. Eran especiales, adelantadas en el tiempo y con un supuesto propósito de "termómetro" del auge independentista. Sin embargo han sido mucho más. Sus resultados se han basado en el dónde (España o Estado propio) pero también en el cómo (Qué modelo social quieren los catalanes).
¿Independentismo?
Los catalanes no han escuchado los cantos de sirenas de Mas. Que se presentó como alternativa soberanista, y que planteó las elecciones como un plebiscito sobre la independencia. Artur Mas dejó claro desde el primer momento que su repentino movimiento de liberación catalana se basaba en dos principios a cada cual más oportunista: Su incapacidad para llegar a acuerdos sobre el pacto fiscal y la multitudinaria manifestación a favor de la independencia del día de la Diada en Cataluña. Argumentaba que necesitaba una mayoría absoluta. Y evidentemente esa es la única verdad en este asunto. Mas quería una mayoría absoluta, así como la que tiene el PP en el Congreso, muy probablemente para imitar el modelo de Madrid: decretazo y recortes. Tras las elecciones de ayer, quedan claro que el fervor independentista catalán ha crecido y se ha mostrado partidario de sus legítimos defensores, es decir de ERC, que ha duplicado su presencia en el Parlament. Y también que el discurso de Mas no ha calado en la sociedad catalana.
Modelo de sociedad:
Otra cuestión fundamental es el modelo de sociedad que quieren los catalanes, el cómo del asunto. En este segundo punto es la izquierda la que sale reforzada. En los medios hablan de la subida en un escaño del PP. Sin embargo como decíamos antes ERC, duplica resultados, ICV aumenta en tres escaños y se convierte en la primera fuerza de izquierdas en algunas zonas del área metropolitana. A su vez irrumpe en el Parlament una fuerza de izquierdas soberanista con sus raíces en el activismo, el CUP, que contará con tres escaños. Desde Inciativa habían promovido una campaña electoral basada en los principios sociales, más en estos tiempos de crisis y recortes. Es evidente que su mensaje ha calado en la sociedad. Muchos partidos apostaban por el referéndum para la independencia, pero salen especialmente reforzados los que además mantienen un rechazo a la política de austeridad y recortes impuesta desde Europa. A la defensa de la concepción social del estado, sea español o catalán, y a la apuesta por lo público.
Más conclusiones:
Partidos Políticos:
Lo que queda claro es que si en algo Cataluña no se parece nada al resto de España es en la presencia de sus partidos políticos tradicionales. Diferencia que se ha agudizado en los últimos tiempos. Si bien el PP parece satisfecho, cabe destacar que son la cuarta fuerza política en Cataluña. Demasiado lejos del poder como para sentir orgullo. A su vez el batacazo, que al final no fue para tanto, del PSC, muestra el desencanto generalizado hacia esa formación que quizás depende demasiado de Madrid, y que a su vez ha sido cómplice en la "legislatura negra" de Zapatero. En Cataluña PPSOE no tienen fuerza. Otro caso destacable es el fracaso de UPyD, que se contrarresta con el auge de Ciutandans (De tres a nueve escaños), ambos defensores de la Unidad de España como único principio y programa. Por lo que si bien, el partido de Rosa Díez no tendría nada que celebrar, su ideario nacionalista español podría estar de enhorabuena.
Referéndum:
Sería una muestra de gran incoherencia que a estas alturas yo estuviese en contra de un referéndum. Apuesto por la participación ciudadana y por su derecho a decidir, por lo tanto esté o no de acuerdo con la independencia de Cataluña, sería absurdo que me mostrase contraria a su derecho a decidir dónde quieren estar. Y me alegra que en estas elecciones haya triunfado ese derecho, recogido por casi todos los partidos con representación en la cámara.