domingo, 12 de abril de 2009

Los otros.


Recordais aquella película de Amenábar en la que al final resultaba que los protagonistas eran "los otros". Esa otredad con la que siempre jugamos. Esa necesidad de formar grupos y buscar lo contrario, lo opuesto. Es divertido. Pues ahora yo represento la otredad de mi propio planteamiento. Durante años he visto algunas cosas tan claras que he tendido a pensar que yo me encontraba donde todo el mundo, es tan evidente lo que yo veo que creo que no hay más visiones. Pues no. Resulta que existen más y que no son la otredad de la película. La otra soy soy.
Resulta que cuando sales a la calle es lógico llevar navaja. Son los otros los que no la llevan. También, obviamente, si algo molesta es mejor ser el que daña que el dañado, aunque puedas evitarlo si lo haces representarás a la otredad. No hay que evitar dañar, para eso llevamos navajas. Y soy otredad de nuevo por no considerar las diferencias raciales, está tan claro los relevantes que son que el que no las vea es del otro mundo. Por otra parte, sólo los raritos considerarán que el estado tiene un poder limitado, la otra cara, la principal, la protagonista, cree que está por encima del bien y del mal. Que los jueces son seres de otro mundo y los políticos tienen la obligación de facilitar la burocracia para que el poder sobrenatural de estos seres mitológicos caiga sobre ellos incluso en pena capital. Los jueces siempre aciertan, es algo que se tiene claro. Yo en mi otro mundo no lo veo pero sólo es porque al final Nicole Kidman estaba muerta.

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