Recuerdo una vez que con siete u ocho años mi madre que es arquitecto me llevó con ella para ayudarle a hacer una medición de terreno. Recuerdo que me lo pasé muy bien aquel día. Qué tenía con quién dejarme, por supuesto, qué yo estaba de vacaciones y ella quería pasar tiempo conmigo, pues también. Hay quien quizás no entienda esto.
Además de ese día especial recuerdo muchas tardes en su estudio, ella trabajando en sus planos y yo haciendo los deberes mientras escuchábamos la radio. Pero también recuerdo más de una tarde y de dos en el instituto con mi padre (que es profesor), era divertido, si tenía deberes y no los entendía rápidamente aparecía un profesor “de apoyo” de la asignatura que fuese necesaria. No sólo no fue ningún trauma para mí sino al revés porque me hacía estar cerca de mis padres y sobre todo entender que eran personas con mundos propios y que querían hacerme partícipes de esos mundos. Y eso me hacía sentir importante para ellos. Un niño suele valorar mucho esas cosas.
No había problemas económicos como para que no pudieran permitirse dejarme con alguien y sin embargo querían estar conmigo. Algunos quizás no entiendan que el afecto y el apego también son muy importantes para la educación y la crianza de un hijo.
También aprendí sobre modales, aprendí a comportarme en público, a estar con gente desconocida y no armar escándalos ni numeritos. Aprendí a estar con los otros, con los adultos, y en su mundo, y eso tampoco me originó ningún trauma sino al contrario, me ayudó a crecer sabiendo adecuarme a las situaciones, divertida, alegre pero teniendo presente que hay que respetar a los otros y saber cómo tratar en según qué ambiente. Que el trabajo es algo serio pero que también es algo humano, y que no es incompatible tomarse las cosas en serio con aportar esa humanidad en cada acto en el que participemos.
Y sin embargo no es sólo un asunto de apego… ¿cómo se ve la maternidad en esta sociedad en relación con el mundo laboral?
¿Por qué mi madre embarazada de mí de cinco meses se seguía subiendo a andamios para explicar las obras ocultando a todos que estaba embarazada porque su puesto de trabajo estaba en riesgo?
¿Por qué amigas mías ocultan sus embarazos (incluso trabajando para administraciones públicas) cuando tienen contratos precarios de obras y servicios y esperan incluso estando ya de seis meses y disimulando como pueden para informar de su estado a que les renueven el contrato?
¿Por qué algunas compañeras tienen que mentir para excusarse y salir de una reunión de trabajo diciendo que tienen otra reunión laboral cuando en realidad van al colegio de sus hijos a reunirse pero con la profesora?
Y también está la maternidad potencial…
¿Por qué me han preguntado en más de una entrevista de trabajo si tengo gente a mi cargo? ¿Si tengo hijos? ¿Si tengo pareja estable? o ¿si quiero tener hijos?
Si la paternidad/maternidad aún no comprende lo importante que es el vínculo y el afecto también hay diferencias entre ser padre o madre hoy en día y sobre todo en relación con la esfera pública y el trabajo monetarizado. Ya que un padre puede ser un padrazo por anteponer a sus hijos (si el machismo no le tacha de “calzonazos”) mientras que una mujer que priorice su maternidad se considerará poco profesional y si prioriza su profesión “mala madre”. ¿Cómo encontrar el equilibrio?
Es en el momento el que te das cuenta de que si buscar equilibrios no te contratan o te dan peores condiciones laborales, entonces mientes y ocultas. Y dices no tengo pareja, no quiero tener hijos y después… no estoy embarazada, me voy porque tengo otra reunión (mientras piensas… ¿Le estará yendo bien en mates a mi hijo?) y así se construyen los mundos paralelos. Y la mujer sale de la esfera privada pero sólo de vacaciones.
La clave probablemente está en que ser padres o madres no es un derecho sino una responsabilidad, quizás si se entendiese este concepto entenderían porqué no se puede obligar a nadie a ser madre y entenderían por tanto que es una decisión bastante personal y que nadie, ni un médico ni un político puede tomar por ti. Pero también se entenderían muchas otras cosas como que es una responsabilidad pública porque es la encargada de aportar nuevos integrantes a nuestra sociedad y sin esos miembros no existiría tal sociedad. Y sobre todo no es lo mismo una sociedad que tuvo afecto e implicación que una que no lo tuvo.
Ayer Carolina Bescansa acudía con su hijo al parlamento y se armó un revuelo. No importó que no fuese un acto novedoso ni original, casos como ese ha habido miles en Europa (parlamento Europeo, parlamento Holandés…) o en América (Chile o Argentina), pero eso no importó como ya digo y muchos se le echaron al cuello ¡Ese no es lugar! ¡En el Congreso hay guarderías!
El lugar es lo privado, y la crianza o bien un asunto de “otros” o bien un oficio clandestino.
Teniendo en cuenta todo lo anterior considero que Carolina Bescansa, como hicieron otras antes, llevó este asunto al lugar que le corresponde, al centro de la política, porque esto es un asunto político. Y gracias a ello, desde ayer muchos (incluida yo misma) andamos planteándonos muchos temas.
¿Alina de Tormes? me encanta su nombre señorita Alina; Es nombre de novicia descalza, no estará usted de compañera en el convento a Sierva María de todos los Santos, ¿no? nunca he entrado en su blog , pero esto del bebé es bastante espectáculo no, lo siguiente, que es espectaculon, - maria moliner, ed gredos, 1987, pag 1203. espectaculón - Es muy lindo lo que escribes y muy hermoso. Todo el mundo cree que puede opinar porque hay bebés por todas partes, pero existe unanimidad en la simpleza del punto de vista de cada cual.A mi parecer. Cada uno se sitúa en un sitio para disparar, demasiadas personas condenan, mantienen una actitud severa y se niegan a admitir cualquier cosa que no sea lo que ellos piensan. En tu texto hablas de cerca de tu madre, tus amigas, y desde ahí te expandes. Es justo lo contrario de lo que nos hacen: de un prejuicio amplio y general, al que quizas se le pueda llamar la cultura social, las costumbres, etc, zas!un disparo, y hacen ley y procura no pasarte. Es bonito lo que dices, y tener un bebé, si eso es lo que te ha hecho meditar el episodio este, pues mejor que mejor. De nada, Isabel.
ResponderEliminarA mí Carolina Bescansa y sus motivos (que creo que son distintos a los míos) me sirvió de excusa para poder abordar temas que creo de relevancia. Entiendo lo del espectáculo, pero si el espectáculo sirve para abrir debate bienvenido sea, que hay tantos silencios que ya se podría considerar una forma de tortura.
ResponderEliminarAlina es una desdoblada, ¿monja descalza? durante un tiempo pensé que sí, pero la encontré y su realidad era bien distinta...Pero eso ya es un secreto. Al menos de momento. :)