lunes, 7 de julio de 2014

Verde



¿Y por qué querían que fuese gris?

Si yo soy verde, 
verde, siniestra y sin remedio.
Como una sandía, 
roja por dentro y refrescante. 

Asustada por la lagartija 
que corre asustada 
por mis pasos, 
camino en verde.

Con mi continuo interrogante
como dos árboles torcidos en aspa
a mitad de camino.

Y me escondo,
camuflada como banco,
de madera y piedra,
entre pinares.

¿Y por qué ser gris cómo las aceras?

Si yo ya soy bosque,
bosque rodeado por carreteras
grises y a rayas blancas,
con tráfico fluído o denso
pero constante.

Siempre presente el cerco
a la reserva,
el ruidoso recuerdo
de lo que quise dejar atrás.

Y no me escondo, 
ahora no,
sólo estoy en mi sitio.
Ya lo advertí...
verde, siniestra y sin remedio.

Nada está escrito...
¡Cuidado con la Bejuquilla!


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