Este fin de semana algunos si que hemos decidido salir a la calle a decir sí a la vida. Sí a la vida de niños, adultos y ancianos que viven en una situación económica precaria que les llevará a la muerte con toda seguridad. Estas muertes no son rapidas, sino lentas. El que padece hambre está condenado a una vida con serias dificultades. El que padece hambre no tiene capacidad de elegir porque su situación no se lo permite. El que sufre la pobreza está condenado a muerte sin juicio previo. La pobreza no es una fatalidad, la pobreza tiene responsables, y por lo tanto se puede combatir. Los gobiernos y las empresas deben comprometerse para erradicar está situación vergonzosa. Y nosotros debemos presionarlos para que así sea.
No hablamos de embriones sino de seres humanos formados. Sin embargo eché en falta alguna representación política para esta causa. Lamenté que la iglesia que tanto se preocupa por el sí a la vida, no se ocupe de estos condenados. Quizás debes ser non nato para que ellos te tomen en cuenta.
Considero ante todo una falta de respeto hacer coincidir estas dos marchas. No voy a exponer mi postura sobre el aborto...sólo diré algo, esta ley no obliga a nadie, por lo tanto no entiendo el revuelo...además el aborto hace más de veinte años que es legal en españa...volvemos a la hipocresía...
ACABEMOS CON LA POBREZA, ESO SI TIENE REMEDIO, ESTÁ AL ALCANCE DE TODOS Y NOS AFECTA COMO SERES HUMANOS.
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