lunes, 8 de abril de 2013

14 de Abril. Cuando no quiero decir "te lo dije".



Muchos creímos siempre que democracia era sinónimo de "poder del pueblo". Y con ello nos referíamos a algo un poco más complejo que elegir entre "rojo" y "azul" (no me refiero a ideologías sino a colores) cada cuatro años. Algunos creímos que la democracia suponía un trabajo responsable de la ciudadanía que no sólo tenía capacidad para elegir a sus representantes en unas urnas, sino para juzgar su comportamiento y actuar en consecuencia. Si alguien no cumplía su función debía dejar el cargo. Nosotros debíamos exigirlo.

Algunos incluso pensábamos que esta forma de entender la democracia, en nuestra ignorancia pensamos que era la única, no era compatible con determinados ornamentos como el hecho de mantener a una familia real. Al fin y al cabo suponía romper con demasiados principios: no habría igualdad ante la ley y sobretodo no se podría elegir ni por supuesto castigar en caso de no cumplir con sus funciones. 

Ahora podría decir a muchos un "te lo dije"... Y aún así no siento euforia. Los hechos confirman que este sistema que otorga un poder sin control, sin responsabilidad legal y sin principio de igualdad en derechos y deberes para una sola familia nos ha traído demasiados problemas. Y ahora es difícil solucionarlo. No van a dimitir, está gente es más de abdicar, y si abdica qué... ¿debemos confiar en el hijo de quién nos ha traicionado? ¿por qué? Y aún así... ¿Habríamos decidido algo? ¿Se puede considerar poder del pueblo? ¿Se puede hablar de democracia? 

En pocos días celebramos el 14 de Abril, para muchos una fecha simbólica, ya que es el aniversario de la proclamación de la Segunda República Española en 1931. A su vez también se cumple el primer año trágico de Juan Carlos de Borbón, ironías de la vida fue el 14 de Abril del año pasado cuando tuvo aquel percance cazando elefantes y que abrió la veda. Un año después su yerno y su hija están imputados por corrupción, su amante ha salido en portadas dejando titulares tan impactantes como supuestas colaboraciones en servicios secretos para el gobierno español, a su vez se destapó que vivía junto con su hija en un palacio, el del Pardo (favorito del dictador Francisco Franco, otra ironía) que es propiedad del Estado Español, salieron a la luz unos milloncitos que escondía en Suiza y que heredó de su padre... Un año horrible para Juan Carlos. Un año bueno para ir quitando vendas. 

Y aún así seguimos con el mismo problema. ¿Qué más da si es campechano o un auténtico sin vergüenza si haga lo que haga no tenemos poder para decidir que hacer con él? 

Soy republicana y siempre lo he sido. Considero que una monarquía no es compatible con una democracia, porque para mí una democracia es algo más que votar cada cuatro años, es responsabilidad y decisión, es elegir a nuestros representantes y es poder expulsarlos si no lo hacen bien. En ese sentido que me importa si Juan Carlos es pillado en estos despropósitos, y los que quedarán, o si es un señor ejemplar. Me da igual, seguiría siendo republicana. Y lo seguiría siendo para no tener que decir en momentos como este "te lo dije", porque en el fondo me avergüenzo menos de las actitudes y actividades de esta familia, que de nuestra falta de responsabilidad al permitir un poder sin control. 

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