sábado, 16 de junio de 2012

Tras el silencio, unas lágrimas.



España no es Islandia y sin embargo al igual que ocurrió en Islandia debemos pagar una deuda que crearon los bancos. España no es Grecia, pero al igual que en Grecia la Unión Europea ha decidido rescatar a nuestros bancos con el coste social derivado de esa deuda, de sus intereses y de las condiciones de los prestamistas. España tampoco es Alemania pagando las cuentas de una guerra, o de dos. Pero aún así podemos tener una consideración al respecto de lo que supone una deuda exterior con intereses y condiciones. España tampoco está en Latinoamérica, como creen algunos en EE.UU, es probable que si estuviera en Latinoamérica se hubiese contagiado de la tendencia a la nacionalización, de la rebeldía ante el pago de deuda externa y sobretodo del crecimiento social y económico que estos díscolos del sistema están consiguiendo para sus países. Pero España es diferente. Nada adaptable, nada comparable, ni si quiera con su propia historia dormida en algún lugar de la memoria colectiva. España ya no es España, España ya es Alemania la que no paga, la que te presta, la rencorosa.Ya pertenece a la troika.

Nunca he sido patriota por falta de sentimiento. Siempre me sentí de todos sitios y siempre creí en la grandeza del ser humano como principio ideológico y religioso. Aquellos que tanto usan, que tanto nombran una patria abstracta sólo saben venderla. Dándome nuevos motivos para no ser patriota. Yo creo en las personas y acepto los países que crearon para nosotros, para dominarnos, para controlarnos, para hundirnos, después salvarnos y después volvernos a hundir. Y es por cada uno de los que viven en esta casa denominada España que lamento no ser Islandia.