sábado, 31 de marzo de 2012

Todos somos iguales.


 La Declaración Universal de Derechos Humanos empieza así...

Artículo 1. Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros.


Y sin embargo, siempre ha habido desigualdades. Por supuesto, también justificaciones. Algunas muy pobres, otras terriblemente aceptadas de tan repetidas. En resumen: somos adultos para responsabilizarnos de los errores. Completos niños si planteamos alguna queja. En ese momento no te escucharán, te humillarán o incluso mandarán a la policía a dar ese tortazo por contestón. 

Y ahora llega la crisis, la estafa, y ya nadie se acuerda de aquello de nacidos libres e iguales. Al ladrón de guante blanco se le pide caridad, un donativo. A los otros que hagamos un esfuerzo, que seamos responsables, que nos apretemos el cinturón, que paguemos más impuestos, que cobremos menos, que seamos competitivos, que rebajemos nuestros derechos, que no seamos caprichosos, que perdamos privilegios. Unos podrán optar, sin quieren, elegir, con amnistía. Otros estarán condenados, culpables, castigados...sin derecho, sin perdón.  
Y yo me quedó pensando, ¿qué garantiza la libertad en un mundo dónde claramente no somos iguales ni equitativos? ¿Dónde queda la justicia? ¿Dónde el ciudadano? 

Somos los nadie, pero somos más. 

miércoles, 28 de marzo de 2012

¡A la huelga!

Mañana 29 de Marzo tenemos una cita pendiente con nuestro futuro. Una huelga general como repulsa a la reforma laboral del gobierno del PP. 
El abaratamiento del despido o el aumento del contrato laboral y precario, no sólo no son la salida a la crisis, sino que suponen una vuelta al pasado, que podría traer consecuencias nefastas para los trabajadores y las pequeñas empresas. 
Porque no es una crisis, es una estafa. Y este es uno más de sus mecanismos para someternos y explotarnos. Nuestra dignidad y la garantía de tener saciadas nuestras necesidades básicas está en juego. 

jueves, 8 de marzo de 2012

Lo necesario.

Muchos dicen hoy que esta fiesta no tiene sentido, que hoy en día no es necesaria, que porqué no hay un día del hombre... 
A todos ellos deberíamos recordarle algunas cosillas:
Hoy en día en estados tan aceptados como el Vaticano aún no se permite el voto en igualdad al hombre y a la mujer.
El feminicidio y la trata están extendidos cual pandemias.
No se tiene el mismo salario que un hombre por el hecho de ser mujer.
Hoy sin ir más lejos mujeres como Esperanza Aguirre culpabilizan al no deseo de matrimonio por parte de los hombres como principal motivo del aborto. Obviando la lucha de grandes feministas que quisieron liberar nuestros cuerpos y nuestras conciencias de la obligación de ser buenas madres y esposas. Para convertir la maternidad en elección responsable y considerar que la unión entre un hombre y una mujer debe estar basada en el amor y el respeto, en el crecer juntos.
Hoy dicen que no es necesario...Hoy han dicho tantas cosas...que más que nunca es necesaria esta lucha.
Hoy recuerdo a Virginia Woolf y su "habitación propia", a Emma Goldman liberándonos de las cadenas de la iglesia y el estado, a Alexandra Kollontai intentando cambiar un país como Rusia, a todas las que lucharon por el voto: a Clara Campoamos, Alice Paul, a Matilde Hidalgo de Procel,  a Elvia Carrillo Puerto, Kate Sheppard y tantas otras...
Pero sobretodo en Clara Zetkin que tras la celebración de la II Conferencia Internacional de Mujeres socialistas en Copenhague (1910) propuso la instauración de este día para conmemorar esta lucha que desgraciadamente aún tiene vigencia.
 
 

martes, 6 de marzo de 2012

Problemas de espacio.

“Debemos controlar la inmigración porque en España no cabemos todos”

Era una cuestión de espacio. En este país no cabemos todos, es así. Lo cierto es que en este país y en todos los demás siempre hemos sobrado unos cuantos. Ahora sobran cinco millones… Aunque quizás no sea cierto.

Sobran los que sobran. Ya que para que mejore la situación en cuanto a la contratación se piden facilidades en el despido. Y al igual, para controlar la inmigración se exige un contrato para conseguir papeles y  papeles para conseguir un contrato.  
En este país sólo hay espacio para aquel que acepte cobrar poco, preferiblemente en B y de forma temporal. Los demás no cabemos, es cuestión de espacio.

Las personas no pueden elegir libremente donde vivir... No obstante las multinacionales tendrán todas las facilidades a la hora de deslocalizar su producción. Las grandes fortunas poseerán las herramientas necesarias para evadir impuestos y trasladar su capital a paraísos fiscales. Debe ser otra cuestión de espacio.

Si un país no acepta que deben extinguir a aquel ciudadano sobrante que desea derechos laborales y un salario, las empresas importantes abandonarán dicho país en busca de aquel lugar donde se cumplan sus condiciones.


“Los inmigrantes vienen a robarnos el empleo”...

Si una persona decide libremente dejar de ser explotado y abandona el país que le vio nacer, aquel donde dejará a su familia, amigos e ilusiones. Y busca un futuro donde pueda llamarse a sí mismo persona en otro país de los que sobran en el mundo mercado, se convertirá inmediatamente en sobrante. Y deberá seguir las leyes dictadas por estos que entienden de trabajos, contratos y despidos. Y se convertirá en un delincuente, en un “sin papeles”, un “ilegal”…sinónimo de fácil explotación.


No hay escapatoria cuando los señores del mercado deciden cuales deben ser las condiciones. Te perseguirán allá a donde vayas. Si consientes que un sólo país, que un sólo ser humano deje de ser persona. Estarás ayudando a tu propia autodestrucción.
El mundo es uno para las cúpulas económicas, esas que dictaminan que es lo bueno y lo malo. Que criminalizan a todo aquel que sobra. Que manipula, engaña y nos divide. Para que no veamos una realidad que nos afecta a todos. Que nos une. Y que sobretodo nos obliga a una lucha conjunta para que todos podamos volver a ser personas.
Porque no merecemos derechos por ser buenos trabajadores, ni buenos consumistas, sino porque la dignidad es lo único que nos distingue como seres humanos.