martes, 28 de enero de 2014

Carta al ser humano:



Querido amigo, querida amiga:

Yo quería entenderte y para ello tuve que pasar por Darwin y sus hooligans, por Freud y sus psicoanalizados fieles. Y antes por la compleja y simple escolástica. Por el retorno clásico cuando toca en ciclo, por los dioses y por el hombre, por Europa y por Las Indias. Por lo puertos y los esclavos, por las balas y por los blancos. Por Colón y por Las Casas, por El Dorado. Por Voltaire, Rosseau, las sufragistas o por Jean Paul. 

Pero yo sólo quería comprenderte y sólo veía cuerpos y campo, máscaras de gas, bombas atómicas y señores de brazo en alto. Y entonces vi un hombre sin sombrero, detenido por ir evidentemente ebrio, un populista descamisado y una rubia tirando billetes al aire. Niños muriendo en el agua y hombres que llegan a nado. Vi robar y vi crear, vi tus versos y tus estrellas. Vi grandes murales, sinfonías y rock and roll... escuché voces alegres y pies marcando compás. También amor y besos y risas... 

Y sigo sin comprenderte, quizás me falten algunas cosas. 

Los que aman sin ser monos, libres de Darwin y a favor de Malthus. Me faltan ideologías y ríos, y cataratas y naipes... Falta el juego y el azar, el primer amor y una guitarra. Y nunca faltaron caminos por recorrer y dudas de encrucijada. Quería conocerlo todo y me faltan tus veranos, tus silencios, tus palabras, tus revueltas, tu alcohol para olvidar, tus bares y tus plazas.Tu contradictoria esencia, tu cielo, tu infierno, tu horror y tu belleza.

Freud se me queda corto, y sin lugar a dudas Darwin no entiende nada

Quiero perderme en tu piel, hermano, hermana, conocer tu universo, tu sangre, tu amor, tu arte.

Quizás me faltó el diálogo, me traicionó la enciclopedia. Sólo quiero tus respuestas, amigo, amiga, hermano, hermana... Tripulantes de un mismo barco con tempestad y con calma. 

Tuya siempre, 

Alina.