jueves, 17 de octubre de 2013

Matones de patio de colegio.



El pronombre sustituye al hombre. Somos un tú, un yo, un él. Y finalmente ni siquiera somos una palabra, somos un número dentro de un gran número. Una multitud sin rostro y sin merecerlo. Hemos perdido la identidad, lo único que nos hacía verdaderamente propietarios. 
 Y ahora ya da igual, si es un tú, un yo, o un él. Yo quería un Manuel, un Juan, una Pili o una María. Y con apellidos. Manuel Rodríguez, Juan García, Pili Moreno o María González. Sólo ellos con apellidos y nombres comunes. No números, no pronombres. 


Y podría seguir rellenando esta lista. Pero no voy a aburrir ni a hacer sensacionalismo aprovechando la desgracia ajena, o la desgracia colectiva, que al fin y al cabo también es propia. Pero si cabe destacar algo. 

- El perfil mayoritario de los estafados por las preferentes es el de un pensionista, anteriormente emigrante, con pocos o ningún estudio. 

- El perfil de las madres a las que le sustrajeron a sus hijos se fundamenta en casi todos los casos en una situación previa de vulnerabilidad, bien por estar presas en los primeros años de la dictadura, bien por ser madres solteras y muy jóvenes, o por ser mujeres separadas cuando el "adulterio" aún era delito. 

- El perfil del desaparecido es sencillo. Todo aquel que no comulgara con los principios de la dictadura que tuvimos y mantuvimos durante cuarenta años. 

Muchos considerarán que la idea de "negocio" está detrás de estas actividades. Y si bien el matón es propenso a robar bocadillos o el dinero de la merienda, es el poder y la mirada callada y temerosa del resto de los niños lo que verdaderamente le convierte en matón. 

Estos Manuel, Juan, María o Pili son el reflejo del algo mayor. Durante años, y lo que es peor, aún hoy en día, hemos tenido un país que ha aceptado e incluso favorecido este maltrato y abuso de las víctimas. Un país que ataca al vulnerable, que premia al agresor y que no quiere solucionar nada. 

En ese sentido no es de sorprender las nuevas medidas y los nuevos discursos. No tienen de qué esconderse, aquí alabamos al abusón. En este patio de colegio los profes castigan al que sufre bullying. 

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