sábado, 15 de agosto de 2015

Cosas que me dijeron (y confundieron) sobre el amor.




De pequeña me contaban muchos cuentos, en ellos un príncipe tenía que vivir una auténtica odisea, viajar por miles de lugares y correr graves peligros hasta llegar a un castillo. En ese castillo había una torre y en la torre una princesa. La princesa había esperado en soledad la llegada de aquel príncipe. En ocasiones el príncipe para rematar la jugada debía matar algún dragón que tenía secuestrada a la princesa, a veces no había siquiera dragón. Sin explicar muy bien porqué la princesa estaba encerrada (con o sin dragón) llegábamos al "hermoso" final donde el príncipe como premio a sus heroicidades y la princesa como premio a su soledad y espera se recibían el uno al otro. Y eso era el amor.

Después recuerdo conversaciones con mis amigas, recuerdo a una de ellas que decía aquello de que "los hombres se divertían con algunas pero que a la hora de la verdad estarían con quien no estuviese tan usada". Ya entonces me pareció una absoluta gilipollez, pero pensándolo bien sólo me contaba una vez más el cuento de la princesa, la espera y la soledad que te darán el premio.

Entonces empecé a plantearme si el amor debía ser un premio o quizás era otra cosa... y me enamoré. Me he enamorado más de una vez y me he sentido muy feliz pero lo cierto es que nunca me he sentido premiada. Menos aún premiada por mi soledad y espera... He intentado vivir en esos mundos donde ocurren las heroicidades y me lo he pasado muy bien. Si había príncipes de paso (de esos que sólo van hacia el castillo) los miraba con pena y los dejaba pasar. Para mí el amor no era un premio, era un acto espontáneo de magia y comunión. Un acto entre personas y no entre personajes ficticios.

Pero también vi películas y series de TV... Recuerdo una vez que en una famosa serie una de sus protagonistas (que acostumbraba a las heroicidades más que a ser princesa) estaba enferma y no había nadie para cuidarla. Entonces la protagonista de la serie con su estridente voz en off (sí, a esa voz le gustaban los zapatos) te decía que en ese momento ese personaje se planteó qué hacía con su vida y aceptó con ello la propuesta de uno de esos príncipes de castillo. Era hermoso, no debías esperar, a veces esos príncipes también redimían a princesas descarriadas cansadas de otro tipo de soledad, la soledad del guerrero. Pero entonces no había premio, más bien bondad, se habían apiadado de ti. Era algo así como la explicación al dragón... Lo que te alejaba del príncipe había muerto. Él lo había matado y ya estabas en deuda.

El amor era un premio o el amor era una deuda esas eran las opciones. Y sin embargo yo había amado sin contemplar ninguna de estas posibilidades. ¿Sería que lo mío no era amor?

También había leído filosofía, me habían dicho que habíamos sido cortados en dos, que debía buscar mi media naranja. Qué yo no estaba completa... Hasta el DRAE apoya esta postura, aunque también dice que el amor es: "Sentimiento hacia otra persona que naturalmente nos atrae y que, procurando reciprocidad en el deseo de unión, nos completa, alegra y da energía para convivir, comunicarnos y crear."

Eso sí me sonaba más... Pero claro no había héroes, ni princesas, ni dragones, ni premios... Además había actividad, ganas de crear, de comunicar, iba hacia adelante. El amor era el inicio de algo no una finalidad. 

¿Será entonces que todo eso que me habían contado no era amor sino un simple cuento de hadas?







viernes, 7 de agosto de 2015

Sumas




Antes de llegar al 28 debo cruzar la esquina, mirar entre los edificios y ver qué dejé a mi paso. Antes de llegar al 28 debo mirar dentro de mí, ver lo que está roto y rellenar los huecos de dorado para que jamás se me olviden esas cicatrices, para poder verlas en la noche y saber que fue y que ya no es más que un recuerdo. Debo ver también lo que está fecundado, lo que pronto dará frutos y quedar en paz sabiendo que todo marcha como debe. Antes de llegar al 28 debo mirar a mi alrededor, ver los edificios y mirar a sus ventanas, inventar qué vidas están en juego corriendo paralelas mientras yo camino hacia adelante. Pero sobre todo no debo olvidar que es un invento y que yo sólo controlo (y a medias) mi camino recorrido y lo que tenga que llegar. Antes de llegar al 28 debía escribir unas letras porque cada nueva etapa merece su propio prólogo. 

 Antes de dejar el 27 escribiré un epílogo y recordaré unas risas, pocas lágrimas, algún viaje… Recodaré a personas que me acompañaron, me miraré frente al espejo y comprobaré como va quedando marcada mi cara, como escribo un poema metafísico en cada uno de mis rasgos. ¿Qué me cuentan? ¿Qué pretenden contar al mundo? Antes de dejar el 27 debo recordar que no soy estrella del rock, qué aún no aprendí a tocar la guitarra, que quizás este número no tiene simbología para mí. O quizás que todos andamos reinterpretando los mitos cada día y que yo no iba a ser excepción. Como cada año sigo por esta calle repleta de números donde las distancias no se miden en manzanas, donde las distancias no se miden, donde las distancias sólo son. Buscando explicaciones, emociones…Sumándome.

Ya casi llego al 28 y con curiosidad espero para poder ver qué nuevas historias tiene para crearme. 

viernes, 31 de julio de 2015

Porque el Pene no nace empalmado...




Algún día escribiré algo sobre cómo los hombres prostituyen su autoestima a través de internet... Parece que al fin el capitalismo o esa extensión suya llamada “sociedad de consumo” lo va consiguiendo y si el cuerpo de la mujer hace ya mucho que es objeto de consumo, el cuerpo del hombre va por el mismo camino. Para mí el sexo sigue siendo piel y no pantallas… (Debo estar loca)

 Si es que yo no juzgo a nadie, pero siento auténtica lástima, ver a esos muchachos haciéndose fotos semidesnudos por intentar llamar mi atención (o la atención de otra, no pretendo ser soberbia), me recuerda a mis amigas (también semidesnudas) en sus fotos de perfil midiendo su “autoestima” por likes recibidos. Parece que vivimos en una eterna campaña publicitaria… Tenemos que dejar el objeto bonito, que entre bien por los ojos, y comprobar que verdaderamente es efectivo, que no sé quién nos escribió un privado, que conseguimos llamar la atención definitivamente. Y si no te echan cuenta envíale un whatsapp de tu nuevo sujetador, verás cómo responde. Demasiado plástico, demasiado producto y lo que es peor, la ausencia total de piel, de miradas, de eso que llaman química. Y llegan las pantallas táctiles y muchas olvidan que hay cosas mejores que hacer con los dedos. Y sin embargo algunos aún recordamos que hay mejores cosas que hacer que enviar whatsapp sugerentes…

 ¿Os acordáis cuando una mirada llevaba a otro tipo de juego de manos? ¿Os acordáis de lo que es sentir un cuerpo por primera vez? ¿Verlo en carne viva, ver como se erizan los vellos, cómo aquello se levanta a tu paso? Porque el pene no nace empalmado… Aunque quede mal en la foto enviar algo flácido…Ni la vagina lubricada, necesita sus propios ritmos...sus toques, sus caricias... Y qué decir del olor, ese olor a sexo que impregna las sábanas, el coche o cualquier otro lugar. El olor a uno mismo lo tenemos siempre, la tecnología se pierde demasiadas cosas, se pierde el olor a dos o a tres... Y el gusto, ¿sabéis a que saben los besos? ¿qué se siente al lamer con tu lengua el cuello del otro? ¿a sentir la lengua de otro lamiendo cualquier parte de tu cuerpo? La foto es posterior a sus propios preliminares, la foto es posterior a sus finales, la foto es de cuando ya no hay nada, la foto es de un recuerdo no vivido. No es sustituto, no es ni siquiera un consuelo, es una prueba más de que hace mucho mucho tiempo que dejamos de vivir en la caverna de Platón para vivir en las imágenes reflejadas en la pared. 

Lamento mucho que los cuerpos de las mujeres no hayan conseguido liberarse de ser productos del mercado… lamento más que la única igualdad evidente hoy en día es que el cuerpo masculino se esté convirtiendo en más de lo mismo.¡Espero que alguien os compre y que eso os resulte satisfactorio! 

*No es una crítica al ciber sexo sino a la sobreexposición de nuestros cuerpos en la red y la falsa consolación de los mundos ficticios. 



lunes, 22 de junio de 2015

Hegemonía competitiva y lucha cooperativa.

Aristóteles estableció oposiciones para describir el mundo. Así a través de dos listas nos dijo que existía “lo bueno y lo malo”, “lo racional y lo emocional”, “el cielo y la tierra”, “el hombre y la mujer”…

A partir de ahí quedó bastante claro que todo esto debía leerse como un listado, así lo bueno se corresponde con lo racional, el cielo y el hombre. Mientras que lo malo está en contacto directo con lo emocional, la tierra y la mujer. No puedo decir que todo esto lo inventara Aristóteles, pero su sistematización ayudó a generar una hegemonía de pensamiento que es la predominante del mundo occidental. El término “hegemonía” viene del griego y significa “guiar”, “preceder”, “conducir”, por tanto debemos atender a cómo este planteamiento hegemónico ha marcado el devenir de nuestra historia y cómo sigue repercutiendo actualmente.

    
     Si hacemos un breve recorrido por la historia de la humanidad veremos que la oposición entre dos
elementos es clave para el análisis de la misma, Aristóteles y otros nos enseñaron a pensar así. Sólo sabemos pensar a través de listados infantiles en constante oposición. Y además debíamos pensar porque lo emocional estaba en el listado de lo malo…Y surgieron los países y los había buenos y malos, y describimos las razas (que sólo hay una: la raza humana) pero que se presentan en dos categorías: las buenas y las malas. Y los países buenos con las razas buenas, invadieron a los otros y les impusieron su “bondad”. Y de camino impusieron este sistema de pensamiento, tan propio de esos “países buenos”. 

 Si el recorrido lo hacemos por la historia de la vida privada comprobaremos que Aristóteles no se equivocaba: había hombres y mujeres (al menos desde una perspectiva puramente genital). Y uno era bueno y la otra mala (lo ponía hasta en la Biblia). Y como con los países, los hombres que eran los buenos y los racionales debían imponerse a las mujeres que eran las malas y las emocionales.



 Si nos vamos al plano espiritual se establece la distinción “cielo y tierra”, lo elevado y lo cotidiano. Y el cielo se identificó con la deidad (poco a poco y sin prisas) y la tierra con lo humano en su sentido más mísero espiritualmente. Y miramos al cielo y nos olvidamos de la tierra, y la destruimos, la utilizamos, y obviamos que vivimos en ella. Se crean grandes religiones que te prometen paraísos celestiales “allá arriba” y la tierra se convirtió por tanto en un valle de lágrimas que sería recompensado por el cielo. Y como los países buenos con las razas buenas y los hombres buenos y racionales, el cielo se impuso a la tierra. El cielo era racional y viril, la tierra femenina y emocional. Y ya sabemos cuáles son los rasgos “buenos” y los rasgos “malos” y a quién le corresponden. 

El racionalismo mal entendido, ese que obviaba que todo planteamiento está en estrecha relación con una emoción, ese mismo que no sabía pensar sin establecer oposiciones, que dijo ya de antemano que era lo bueno y lo malo y estableció listas, creó nuevas oposiciones, cada vez más locas, más irracionalmente racionales. Y el verbo se hizo carne y habitó entre nosotros: reyes y vasallos, ricos y pobres, patrones y obreros, heterosexuales y homosexuales… (Porque sí, esa distinción también parte de la base de que no podemos explicar nada sin oponerlo con otra cosa y encasillarlo en una de las dos listas que marcan nuestro pensamiento. Un rasgo bueno y uno malo. Uno racional y otro emocional. Celestial o terrenal…) 

Habitualmente hablamos del sistema para referirnos a un sistema político o económico determinado. Si algo hemos aprendido es que esos sistemas se modifican con los años, surgen nuevos, no se vive igual ahora que en el siglo XII, los valores son otros… Y sin embargo, hay algo que recorre todo el pensamiento de nuestra historia y es el sistema de oposiciones donde siempre se va a imponer el término “bueno” al término “malo”, es esa estructura, ese listado. Que al fin y al cabo se sustenta en el planteamiento de que debe existir un opresor y un oprimido (por la gracia de dios y de Aristóteles) porque así vence el bien al mal, lo elevado a lo mediocre. Y ya tenemos el componente moral que corona la obra. 

 Un listado basado en la competición, en un sentido bélico de las cosas, que no comprende que la realidad es la suma de sus partes y que la cooperación nos permitiría vivir en un mundo más apacible donde se respetase al ser humano (en su totalidad no en su rol), a la tierra como casa y al cielo como techo hermoso, un mundo que comprendiese que somos pensamientos y sentimientos… Que lo que creemos oposiciones sólo son complementos.,Romper con el listado competitivo nos acercaría a comprender mejor la realidad y cooperar todos juntos para no mantener este mundo irreal e innecesario sino vivir cómodamente con el que tenemos. 

 Así las luchas por romper con estos esquemas son las que hoy por hoy se aproximan más a un cambio real de conciencia. El feminismo, el ecologismo, la descolonización… son procesos de ruptura con el planteamiento hegemónico que distingue y jerarquiza la realidad de nuestro mundo. Por ello no debes ser negro, mujer, homosexual o árbol (permítanme el absurdo) para defender este cambio, simplemente hace falta un poco de inteligencia y de observación, para saber que no nos queda otra si queremos sobrevivir a nosotros mismos. Y tener en cuenta que porque un planteamiento sea antiguo no quiere decir que no sea erróneo o que no se pueda modificar. 

 Nuestro mundo actual, el creado bajo la dominación de este sistema, es un mundo donde la pobreza extrema aumenta cada año (la gente muere de hambre), donde las crisis económicas cada vez son más devastadoras. Se habla de decrecimiento como opción, en un planeta finito que no puede seguir creciendo según el modelo actual… ¿seguimos sin comprender que la tierra esta es la que tenemos? Seguimos pisoteándola porque seguimos sin considerarla importante, la tierra está en lo malo y la defensa de la tierra se sigue considerando un asunto emocional (y te llamarán “abraza árboles” y “perroflauta”). Se sigue sin entender la tierra como parte de lo que somos, en el mismo plano que el cielo, que lo racional, que lo divino y que lo bueno. Y si te emociona una flor eso también es humano y bello y bueno. Porque sigue partiendo de la realidad, de cómo son las cosas, no de sistemas creados sin atender a los componentes que tenemos, que obvia o somete todo lo que se salga de un sistema que quizás tuvo mucho de cielo, ya que a fin de cuentas no deja de ser un planteamiento moral sobre la victoria del “bien” contra el “mal”, pero muy poco de tierra y que por tanto obvió algo muy importante que es saber dónde nos encontramos y con qué recursos contamos. 

 El propio Aristóteles decía que la conciencia era el resultado de un proceso social. El pensamiento hegemónico puede ser modificado, pero para ello es vital conocerlo y enfrentarse a él. Nadie planta cara a algo que no reconoce, que no sabe que existe.

 V. Lenin en 1905 (en los inicios del proceso revolucionario en Rusia) a cuenta del término hegemonía hace la siguiente consideración:

 …la hegemonía pertenece en la guerra a quien lucha con mayor energía que los demás, a quien aprovecha todas las ocasiones para asestar golpes al enemigo, a aquel cuyas palabras no difieren de los hechos y es, por ello, el guía ideológico de la democracia, y critica toda ambigüedad… 

El cambio, ese que ya más que deseable es necesario, sólo vendrá de la lucha, de enfrentarse no sólo a las consecuencias, sino a las causas filosóficas , al planteamiento que subyace en cada uno de nuestros actos. No delegar en la representación política o en los grupos organizados, pese a que su labor sea fundamental. El cambio hegemónico es cultural, debe partir de cada uno de nosotros en cada uno de nuestros días y en cada uno de nuestros actos. Adquirir conciencia sobre lo que somos y sobre lo que falla debe ser el primer paso para este camino que ya sabemos que será largo.

viernes, 5 de junio de 2015

En carne viva.




Cómo iban desnudos y no tenían posesiones la mudanza fue rápida. Al salir del paraíso se descubrieron desnudos y sin posesiones…Desde entonces las mudanzas son lentas porque cubrir las necesidades adquiridas supone también aumentar la carga en el viaje. 

Durante dos años había estado sin residencia estable, o mejor dicho, sin residencia apacible. Había tenido que decidir qué cosas dejaba en cajas y qué otras se llevaría consigo a dar vueltas por el mundo. Hacía no poco tiempo que se había convencido a sí misma de que tenía que liberarse de posesiones… Ahora que esas posesiones no podían acompañarle sentía cierta tristeza, no obstante, sabía que llevaba mucho ganado: ella ya se había convencido a sí misma de que esa liberación era necesaria. Y lo que era más importante aún, sabía que era posible. Había aprendido a elegir entre todo aquello que nos enseñaron que era imprescindible. Es en ese momento cuando se ven las cosas como realmente son y descubres que hay objetos que son importantes y que esos son casi más necesarios que los objetos urgentes. Como con lo material ocurre con todo lo demás… Vivir tan obsesionado con lo urgente te impide centrar tus esfuerzos en descubrir qué es lo importante. 

 No quería recordar cuando cayó por la cascada, a veces, no quería ni siquiera recordar cuándo supo como trepar por la cascada como si fuese un elemento sólido. Antes esa imagen le ayudaba, se sentía fuerte, al fin y al cabo había conseguido hacer lo que nadie había hecho nunca, tenía su propia heroicidad. Claro, que toda heroicidad conlleva una situación previa de peligro que probablemente se podría haber evitado. Y llegados a ese punto no podía sentir mucho orgullo de haber caído torpemente por una cascada tan terriblemente fea y poco atrayente. Al subir por la cascada sabía que no había terminado su odisea, sabía que aún quedaban muchas cosas por hacer, y que quizás tendría que esperar un tiempo para encontrarse con el príncipe oriental en el palacio verde. A veces es tan sumamente complicada la vida de una heroína que nunca sabe cuándo tendrá lugar ese ansiado encuentro. Sin embargo, siempre que podía, que podían ambos (el príncipe también era un ser ocupado) se veían con nocturnidad o a escondidas lejos del palacio... Aún no era el momento. Ahora era el tiempo de los momentos. Así en plural y en el espacio no concreto.

Y mientras tanto, muchos seguirán confundidos, pensando que la heroína es una droga y no la protagonista de un gran relato. 

miércoles, 20 de mayo de 2015

¡Fin de un simulacro!



Definitivamente se acabó el simulacro de democracia que empezó en 1975 y volvemos donde estábamos. Volvemos a ese país donde los dictadores mueren en la cama y se hacen colas inmensas para despedirle en su capilla ardiente. 

Nos olvidamos a menudo de que estamos en el único país del mundo en el que triunfó el fascismo (llamado después franquismo y después "viaje al centro"), casi cuarenta años de victoria (que no de paz, que pregunten a todas sus víctimas) han hecho de este país un lugar muy interesante para análisis de sociólogos y psicólogos. 

Ayer mismo detenían a una veintena de personas por "apología del terrorismo" en las redes sociales, entre otros a un cantante de un grupo medianamente conocido. La apología en este caso eran chistes, más o menos acertados, sobre acontecimientos de la historia reciente de España. Cómo olvidar el atentado a Carrero Blanco, el heredero del dictador que voló por los aires, o el secuestro de Ortega Lara que si bien fue condenado por la mayoría de los que ahora somos considerados etarras no implica que tengamos que apoyar a este señor en su peripecia política, xenófoba y fascista. No celebro que lo secuestraran, pero te aseguro que tampoco me gustaría verle dirigiendo este país. 

Porque confundimos cosas, porque se creyó que libertad de expresión era tener que estar de acuerdo siempre con una sola filosofía, y eso no sólo no es libertad de expresión, es que es lo contrario. 

Digo más, la ETA hoy en día no es un grupo terrorista, lo fue, y tiene presos por ello y la condena de muchos, incluso de algunos que pertenecieron al grupo terrorista. Hoy en día en el País Vasco la mayoría busca la reconciliación mediante el diálogo, no mediante la ocultación o la desmemoria (métodos de la sagrada transición) sino a través de reconocer los errores de unos y otros y hablar. Porque en el conflicto vasco no sólo ha intervenido la ETA, y no hay que olvidar el terrorismo de estado y la guerra sucia. Y yéndonos al aquí y al ahora, tampoco podemos olvidar el tratamiento que se da a los presos, tratamiento de presos políticos que no garantiza los Derechos Humanos de esos presos y pone en duda que España tenga en efecto un estado de derecho. Siendo condenados estos métodos internacionalmente por muchos, incluídas organizaciones tan libres de sospecha como Amnistía Internacional. La situación en el País Vasco tras el abandono de las armas por parte de ETA ha cambiado y lo lógico sería que desde el estado Español también se hubiesen cambiado cosas. 

El otro día detuvieron a tres miembros de una organización de apoyo a presos de ETA, teniendo en cuenta que ya he dicho que hasta Amnistía Internacional considera que existe vulneración de sus derechos, no es extraño que existan este tipo de organizaciones. El apoyo a los detenidos se mostró en un acto donde pusieron difícil la tarea a la policía para llevar a cabo dichas detenciones. Desde los medios se sorprendían del apoyo que recibían por parte de sus conciudadanos. Quizás no comprendan que lo que más quieren en el País Vasco es poder vivir en paz, y para ello no basta con que la ETA deje de matar, es necesario que cambien muchas más cosas. 

Destacar que en esas detenciones se llevaron a cabo y a plena luz del día acciones consideradas torturas, como un falso ahogamiento en una fuente pública. La policía hace eso y encima delante de todos y no sólo no es censurado por los medios sino que es justificado por muchos. 

No es propio de democracia usar técnicas de tortura, no es propio de democracia detener a la gente por emitir sus opiniones. No es propio de una democracia usar a la policía y a los jueces con fines partidistas, teniendo en cuenta la cercanía de elecciones... Y es vergonzoso y no es propio de alguien con decencia usar un conflicto con muertos y mucha gente que lo que ha pasado y que lo sigue pasando mal para atacar a los rivales políticos.

Ahora todos somos ETA, antes eramos judeo-masónicos-comunistas... Es el mismo método, es el método que conoce esa política que nos dejó en herencia esos casi cuarenta años de triunfo del fascismo. 

Ahora toca votar, con la denuncia de muchos españoles que desde el extranjero no han podido emitir su voto... ¿Cómo me voy a creer que estas elecciones son síntoma de que aún seguimos en el simulacro de democracia? ¿cómo me lo voy a creer con la ley electoral que tenemos? ¿con todos los medios de comunicación haciendo campañas injuriosas y bochornosas de parte? 

Se acabó el simulacro de democracia, volvemos a dónde estábamos. Al fin y al cabo Franco dijo una verdad lo había dejado todo "atado y bien atado". 

lunes, 27 de abril de 2015

"Allí abajo". Colonialismo y barbarie.





Con los últimos cadáveres flotando aún en el mediterráneo surgen diversas posturas… Lo importante en este punto quizás es desde dónde se mira y a quién. Tenemos dos orillas, dos situaciones, y nos guste o no, dos tipos de personas. Unas son inmigrantes pobres, otras sus “antiguos” colonos venidos a menos (o quizás no tanto). Desde la UE actual nos hacen fijar la atención en los pobres colonos venidos a menos… Europa está en crisis y no puede permitirse más población y menos si esa población es pobre. Así surgen conceptos como “efecto llamada”, que significa que si garantizamos derechos a las personas que se juegan la vida porque eso es mejor que mantener la que tienen estamos invitándoles a comer de una tarta que no les corresponde y conseguiremos que vengan más. Nosotros no podemos hacernos cargo de todos ellos. Básicamente esa es la idea principal que nos venden nuestro líderes europeos y sus medios falderos. 

 Es curioso, no podemos hacernos cargo de todos ellos pero sí que podemos influir en las políticas de sus países de origen: controlando sus materias primas, impidiendo por tanto que se puedan desarrollar libremente; o sometiendo a sus gobiernos a la voluntad de nuestras empresas o estados, quitándoles el derecho a ser ciudadanos y a que su gobierno vele por sus propios intereses. Ahí sí nos hacemos cargo y con contundencia. 

Mapa de África Colonial
 Algunos dirán ¿es que acaso somos nosotros responsables de su circunstancia? Y recordaré que nuestra riqueza se hizo a fuerza de guerras e invasiones y que si “nos va mejor” es por la cantidad de salvajadas que hemos cometido durante siglos. No sólo nuestra riqueza no está legitimada, es que nos debería quemar en las manos de tan manchada de sangre que está. Y no contentos con siglos de explotación en abierto, ahora, aprovechando el caldo de cultivo que nosotros mismos creamos, los falsos procesos de descolonización o nuestro poder económico, que lógicamente tras años de expolio y colonialismo es inmenso, seguimos influyendo de forma más sutil en las políticas de esos países. Así nos convienen guerras en Libia o en Siria, mantener conflictos en Somalia, aprovechar un mapa de África hecho para poder enfrentar a tribus que no quieren compartir un país pero que nosotros (desde nuestro ilegítimo poder) obligamos a ello, porque decidimos inventarnos África. Y no contentos con el descarado robo, también hacemos negocios, creamos guerras y vendemos armas...

No sólo no podemos poner vallas en el mar, es que se nos debería caer la cara de vergüenza de intentar tratar este asunto como si fuese un problema nuestro, que atenta contra nuestra seguridad. El problema hemos sido nosotros y lo seguimos siendo. Cuando se habla de ayudas de cooperación, yo lo cambiaría por indemnizaciones por expolio y después a dejarles hacer. No van a salir del atolladero en un día, no es fácil, pero estoy convencida de que siempre, siempre, siempre les irá mejor sin nosotros. Previo pago de nuestras deudas, por supuesto. En esos países hay mucha gente que lucha, no necesitarían a nuestras ONGs si no fuésemos nosotros mismos los que generamos situaciones de emergencia difíciles de afrontar por ningún estado, ni siquiera por los más ricos. Pero nos sentimos orgullosos, dando nuestros 0´7% que nunca llega, como si fuese caridad y es sólo calmar nuestra conciencia o seguir sosteniendo su carencia, no queremos que desaparezcan pero tampoco queremos verles libres. ¡Qué afrenta sería hacia los colonos ver como sus antiguas colonias puedan ser iguales a ellos! No queremos dejar de expoliar, ni de tener el poder y el control para nuestro beneficio y en territorio ajeno, pero tampoco queremos que vengan aquí a recordarnos lo que hemos hecho de ellos. Y el problema no son los habitantes de Lampedusa, 5000 personas que les ha tocado ser del bando opresor como a los otros les ha tocado ser del bando oprimido, y que no pueden tomar decisiones más allá de la posibilidades que da una democracia representativa donde los poderes se entremezclan y confunden con frecuencia. Los 5000 de Lampedusa como digo solos no pueden hacer nada. Ni siquiera toda la población de Malta, ni los habitantes de Canarias o de Tarifa. Pero quizás si a todos los que nos ha tocado estar en este bando nos diera vergüenza ser partícipes de él y de sus mentiras, el poder perdería poder. No debemos aplaudir el discurso falso, prepotente y colonial de la UE, ya somos cómplices sólo por haber nacido aquí, no seamos además victimarios.