domingo, 30 de septiembre de 2012

Sobre el Estado.



Llevo mucho tiempo escuchando críticas a "papá estado". Muchos consideran que "papá estado" es aquel que se inmiscuye en cuestiones que le son ajenas. Hasta ahí podemos estar de acuerdo. Pero ¿qué ocurre cuando se considera ajeno todo lo que acontece a lo público? Pues ocurre que nos olvidamos que el dinero público es el dinero de todos conseguido a través de los impuestos que pagamos los ciudadanos. Ocurre también que olvidamos que vivimos en sociedad y que por tanto es necesario crear entre todos normas de convivencia, como puede ocurrir en un piso compartido. Por lo tanto no estaríamos hablando de "papá estado" sino de "estado administrador". Es decir nosotros los ciudadanos en un estado moderno debemos entender que los políticos no son más que meros empleados públicos, empleados nuestros, que son seleccionados por nosotros y que de igual modo deben rendir cuentas ante nosotros, como "jefes" suyos. Y por tanto pueden ser despedidos si no cumplen correctamente con su trabajo. 

Por otra parte, si que es propio de un "papá estado", un "papá" al estilo más tradicional. El autoritarismo, el celebrar a los "hijos" que son buenos y no rechistan y por el contrario castigar en incluso golpear a aquel niño respondón. 

Teniendo en cuenta estas dos premisas sobre lo que es o debe ser el estado en el siglo XXI debo añadir que existe un grave problema cuando no nos enteramos que esos que están ahí, a los que incluso les damos una posición especial al denominarlos "clase política"  no son más que nuestros empleados y que por tanto no son ellos los que pueden exigir a los ciudadanos, sino los ciudadanos los que debemos pedir que rindan cuentas. 

Por lo tanto sería más que conveniente si queremos modificar esta situación de inconsciencia sobre el papel que cada uno tenemos, hacer hincapié en este principio básico de la democracia. Nosotros somos el poder y ellos son representantes, empleados nuestros. Por lo que las decisiones solo pueden recaer en ellos mediante el poder que nosotros les damos y por tanto nosotros somos los que podemos vetar sus decisiones y no al contrario. Es fundamental erradicar la noción de poder de esa clase política. Ya que no son el poder sino meros representantes del mismo. Ya es hora de poner a cada cual en su lugar. 

Sería imprescindible hacer visible esta realidad para colocar cada cosa en sus sitio. Por lo que apoyo completamente acciones como la de "Rodea el Congreso" u otras en Parlamentos o Delegaciones del gobierno. Porque ya es hora de que se enteren de que son meros empleados, y que el poder es algo que le es ajeno. El poder siempre ha sido nuestro. Espero que esto solo sea una cuestión de conciencia y que pronto despertemos de esta pesadilla del mundo al revés a través de la presencia activa en esas instituciones que son del pueblo y han sido secuestradas y que por tanto deben ser recuperadas. 


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