domingo, 27 de diciembre de 2009
La felicidad es una isla en medio del valle de lágrimas.
¿El baila sin música? ¿O quizás baila con mi música y ni si quiera lo sabe?
Todos llevan mi ritmo y parecen felices.
Lo que mejor resulta es un día horrible, cansado, detestable para que todo resulte inspirador...Digo adiós al camión de la basura y me parece la más épica de las despedidas...
Así no terminaré el cigarro en la vida.
Hoy quiero hablar de lo bello, paradójico o no.
¡Qué confensión me estoy montando! Quizás porque hoy presencié misa...
Me encanta Silvio Rodríguez.
¡Me olvidé del cigarro! Voy a ver que cuenta.
Hoy paso de la familia, de la religión, de la política, hoy amo a todos, hoy quiero todo, me alejo de mis filisofías...
¿Seguirá hablando la ventana?
Aparece la policía y es incapaz de agredir a mi estado anárquico...quizás es porque como alguien dijo una vez...no se puede someter a la obediencia a quien no busca mandar...
Estoy loca y helada.
Ya no hay cigarro. Se acabó la música.
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2 comentarios:
:) yo ya nunca cigarros ;)
las ventanas siempre han sido fuente de inspiración, te felicito por abrir la tuya.
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