martes, 29 de diciembre de 2009

Creyente.


Nadie dijo que iba a resultar fácil. Y ahora que lo pienso, tampoco me dijeron que resultaría tan díficil. Sólo que no era fácil. El problema de los creyentes como yo, que creo en el ser humano, en su bondad, en el amor, en las quimeras, en los sueños y en los poemas, es que al no demostrar nuestras teorías por no ser necesario, acabamos viviendo en continuo desengaño. ¿No queda nada puro?
Ayer al ver una placa en una portería leía "centro de belleza" y pensaba, qué irónico si el mayor centro de belleza se encuentra por las calles, por los parques, por el campo, por la ciudad, en las personas...¿porqué alguién iba a malgastar tiempo y dinero en un sitio donde te prometen algo que puedes encontrar gratis y en todas partes? Hoy sin embargo, vuelvo al desengaño o quizás mejor al contraste. Tan bello todo, y tan feo. Tan natural y tan preparado. Me entran ganas de vomitar lo aprendido cuando se opone tan fervientemente a lo que siento. ¡No quiero saber más! Me duele mucho el conocimiento, quiero seguir siendo feliz. No voy a luchar contra el contraste, no voy a luchar contra...sólo lo haré a favor, a favor de lo que creo del ser humano, de su bondad, del amor, de la quimeras, de los sueños y los poemas...
Siempre a favor pese al desengaño. Siempre feliz pese al centro de oscuros pensamientos, de escenas preparadas y de caretas interesadas.

2 comentarios:

smyluli dijo...

quimeras y utopias, eso es lo que queremos :)

Alba dijo...

La gente se mira demasiado a sí misma, en vez de mirar afuera, o dentro de sí, ¿no?