lunes, 13 de julio de 2009

La tierra y la Luna.


Soy un pájaro que vuela y contempla su entorno. Miro hacia arriba y veo el cielo, y de noche la luna. Un satélite que me acompaña, que me agrada, pero se me hace lejano. Miró hacia abajo y veo la tierra. Con su belleza, su cercanía, en ella me puedo posar. No es lejana y no soy capaz de abarcarla en su plenitud. A la luna, supuestamente, llegaron una vez. No más, por motivos que desconozco. Dicen que no era especialmente interesante. Por lo que cuando la miro sé que la abarco en su plenitud. No hay más que belleza y constancia en ella. Sin embargo si estoy cansada sólo deseo la rama de un árbol donde poder posarme, donde descansar. La luna está siempre, al árbol debo buscarlo. Sin embargo pese a sentir cariño por el satélite, para mi vida, para mis necesidades sólo necesito un planeta. Una referencia más que una pertenencia. Poseo a la luna con mirarla y jamás poseeré la tierra, sin embargo ella y sólo ella marca mi eje, mi todo, mi rumbo, mi camino.

2 comentarios:

Ivan Vergara / Appu dijo...

Este blog se está poniendo cada vez más interesante.

Me gusta tu narración sobre la luna, sabes mi condición lunática, mi afán de mirar conejos en la luna. Comparto algunas de las experiencias de tu personaje, creo que finalmente me gusta lo que has escrito.

Espero la siguiente entrega!!!

Anónimo dijo...

yo también soy de tierra , aunque necesito, a veces, "conseguir la luna",para ser feliz en la tierra y me da pena no ser un pájaro como tú