Cada cierto tiempo nos llega una nueva entrega del exitoso tranquilizador de conciencias "salvemos a los niños pobres del mundo"... Lamentablemente no es cierto que se pretenda salvar a nadie. La caridad, la limosna, nunca fue remedio y además sólo conduce a la indignidad y la humillación.
Actualmente la situación del continente africano es insostenible y la pretensión de estas campañas no es dar solución a sus problemas sino hacer sostenible la carencia. Es necesaria la carencia sostenible para mantener los beneficios que de ella se derivan.
El proceso descolonizador de África llevado a cabo fundamentalmente tras la segunda guerra mundial sirvió única y exclusivamente a una estrategia por parte de los antiguos colonizadores. No se respetaron fronteras naturales anteriores a la colonización y se les hizo mantener una deuda por siempre con sus antiguos dueños. Con los años, desde las antiguas colonias se apoyaron dictaduras crueles, se alimentaron guerras y se aprovechó la situación de caos para mantener un expolio que llevaba años cometiéndose.
Actualmente organizaciones internacionales como el FMI ayudan a mantener la situación de carencia con mecanismos como la "deuda externa", un matrimonio forzado a gananciales con sus antiguos colonos. África sólo nos sale rentable si permanece dependiente. El apoyo económico que nos piden sólo sirve para poder mantener la situación no para solucionarla.

África, a su vez, es el continente con más conflictos bélicos del planeta, siendo curioso el dato de que importa casi el 99% de su armamento, principalmente armas ligeras. EE.UU, Rusia y Alemania encabezan la lista junto con otros países como España, Israel o Francia...que se consolidan como los principales exportadores de armas ligeras durante el periodo de 2001/2010 siendo el tráfico de armas el negocio más rentable del mundo. Cabe destacar que no hay pretensión política en dicho negocio ya que el fin económico lleva a apoyar armamentísticamente a grupos opuestos de forma sistemática.
Por si fuera poco, también debemos hablar de la deslocalización productiva y sus efectos en economías devastadas, como es el caso de la mayor parte de África, envuelta en una falsa descolonización y en una guerra continua muy rentable. Las grandes multinacionales se sirven de la situación de descontrol no sólo para obtener materiales sino también para aprovecharse de una mano de obra barata y sin exigencias de derechos laborales. Esto empobrece a la población, impidiendo el desarrollo. Cuando el nivel de pobreza llega a sus cotas más bajas se lanzan estas campañas que a su vez sirven a sus patrocinadores para obtener importantes ventajas fiscales en sus países de origen. Con todo ello la "carencia sostenible" acaba convirtiéndose en un negocio redondo.
1 comentario:
También podría llamarse la pobreza impuesta. Es un artículo muy comprometido y arriesgado, buen trabajo.
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