lunes, 15 de junio de 2009

La orgía.


Me dijeron que sólo me faltaba la orgía. Pero ¿qué es la orgía? ¿unir el laberinto de pasiones que habitualmente me rodea en un solo espacio?
Las experiencias se tornan sentimientos al ser manipulados por los recuerdos, esos que con su empeño subjetivo modifican cualquier momento de nuestras vidas.
El sexo a menudo lo consideramos una experiencia más, al igual que las relaciones, sin embargo vuelven a convertirse en sentimientos.
El infiel, el multiorgásmico, el cornudo, el otro o la otra, la lesbiana experimental, el gay bisexual, los amigos con derechos, los novios de toda la vida…todo está manipulado por el sentimiento. Un sentimiento experimental, una orgía.

Sodoma y Gomorra acechando y los valores cristianos aportando nuevos tabúes para el morbo en una sociedad falsamente secularizada. Nos da miedo pensar que somos como los bonobos y utilizamos el sexo como saludo, como resolución de conflictos, como reconciliación, como forma de pago mediante favores…Además, como ellos, practicamos sexo genital, frotamientos, besos con lengua o sexo oral. Y lo cierto es que da igual ser macho o hembra y realizarlo con macho o hembra.
Los bonobos no aceptan el incesto madre-hijo, nosotros en el fondo tampoco, aunque Freud nos alertaba de que todos nuestros problemas provenían de que estábamos enamorados de nuestros padres.

Lo curioso de este asunto es que pese a tener comportamientos idénticos con estos primates, familiares lejanos nuestros, nosotros intentamos coartar estos principios y por ello, los bonobos son una de las especies más pacíficas dentro de los mamíferos y el hombre sólo sabe crear guerras y armas de destrucción de otros hombres

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