lunes, 22 de junio de 2009

La verdadera Memoria Histórica.


Es curioso que lo histórico ponga histéricos a cierto sector de la política española. Se podría encontrar una gran analogía entre el nuevo testamento y la historia de España. De Jesús se nos cuenta su nacimiento y un hecho curioso de cuando tenía 12 años, después se produce un salto temporal, y no volvemos a saber de él hasta que tiene 30 años y se va al desierto, para comenzar después su vida pública. Con la historia del siglo XX español pasa igual. Se investiga, se estudia, se comenta y sobretodo se explota la guerra civil. Cuantas películas sobre el tema, cuanto documental de la 2, cuanto debate de quienes fueron los buenos y quienes los malos, cuantas teorias... Pero como con la historia de Jesús, comienza la dictadura y se corre un tupido velo y no volvemos a saber del tema hasta que el señor bajito con mala leche (y un huevo) está muriendo en su cama. Echo de menos un poco más de explotación de este genero, el de la dictadura, el de las victimas represaliadas por una dictadura fascista, el de los presos de conciencia, el de leyes como la ley de vagos y maleantes, el de los propios jerarcas del régimen. Pero habrá que esperar a que nos cuenten otra vez como Suarez se fue al desierto para comenzar su vida pública, obviando todo lo que ocurra antes. El cine ha saturado las salas con historias de la guerra, sin embargo no es cuestión de memoria sino de taquilla, la guerra vende, porque la miseria humana vende. En el amor y en la guerra todo vale, y lo mejor de todo es que todos aceptamos como verdad esa premisa. Lamento que ese nido de progres que dirigen el cine español no sean capaces de defender eso que dicen que defienden con más ímpetu. Ya que demuestran que para ellos, tan rojos todos, también es importante mantener el decoro que se ha impuesto sobre determinados temas de la historia de España. Cuarenta años no son pocos, así que espero que a alguien le de por recordar y que los demás que no vivimos ese momento y que adoramos conocer la historia nos permitan entrar en ellas de un modo más ameno y divertido como el que nos puede traer el cine o la literatura. No obstante, debo ser justa y decir que algo se está avanzando, pero mientras apoyar una dictadura siga siendo en España una opción más que no se permite ni poner en duda, la memoria histórica seguirá siendo cosa de programa electoral.

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